El fin de una era

Cuando hace poco leí que Soriana iba a comprar la cadena de supermercados Gigante, no pude evitar que un arrebato de nostalgia se apoderara de mí.

Toda mi vida he vivido "a una cuadra del gigante", muchos de mis sueños más extraños, y también los más intrascendentes, han tenido la tienda como escenario. Desde la anécdota de cómo a los 2 años cantaba "aaaate aaate liloooo" imitando el jingle de la época: "Gigante, Gigante, Giganteeee, más por tu dinerooooo" hasta las escapadas cuando me enojaba con mi mamá en plena pubertad, pasando por cómo me la paso ahí cuando a estas alturas del partido me quedo sin llaves, Gigante ha sido una de esas cosas que sientes que nunca van a desaparecer, que estaba desde que naciste y que que no concebías tenerlo que llamar de otra forma... Algo así como lo que ya nos pasó a los vecinos de la colonia Indiependencia, al tener que cambiar la referencia de "vivo por el canal 6", a "vivo por el Aurrerá..."

Anoche al regresar del trabajo, casi me paro de pestañas al leer, enorme, el letrero de la tienda en cuestión. Ahora es un flamante Soriana. No. No.

¡ME NIEGO A DECIR QUE "VIVO POR EL SORIANA"!